martes, 9 de junio de 2009

Sharpe y sus fusileros, de Bernard Cornwell


No podía faltar en este blog una reseña dedicada a Bernard Cornwell, escritor inglés nacido en 1944 que se ha convertido en uno de los más reputados escritores de novela histórica actuales, capaz de abarcar varias épocas (s. V-VI d.C., edad media, guerras napoleónicas) y de hacerlo siempre de manera tan apasionante. Además es uno de los mejores narradores de batallas, sino el mejor. Sus sagas son mundialmente famosas: la dedicada a las leyendas artúricas (Crónicas del señor de la guerra), las invasiones vikingas (Northumbria, etc.), la guerra de los cien años (Arqueros del rey), y por supuesto la dedicada al fusilero británico Richard Sharpe durante la conquista de la India por el Imperio Británico y las guerras napoleónicas, que aquí nos ocupa.
El libro que reseño es la tercera entrega de las aventuras del fusilero Richard Sharpe, titulada "Sharpe y sus fusileros", que se desarrolla en España durante la primera mitad de 1812. Pero la serie comienza en la edición de Edhasa en bolsillo con "Sharpe y el águila del imperio" y "Sharpe y el oro de los españoles". Es una larga serie, con más de veinte libros, que cronológicamente va pegando saltos puesto que en posteriores entregas rellena algunos huecos de la guerra en España, y no puedo más que valorar lo que hasta el momento he leído, pero puedo decir que me está gustando mucho.
Sharpe se encuentra en esta entrega a las puertas de Ciudad Rodrigo, un enclave ocupado por los franceses que sufrirá un sitio y un sangriento asalto por parte de las tropas inglesas al mando de Wellington que no es más que un aperitivo de lo que es la parte central del libro, el asedio y caída de Badajoz en abril de 1812, uno de los episodios de la Guerra de Independencia más conocidos por los desmanes cometidos por las tropas británicas tras la rendición de la ciudad.
Con este argumento lógicamente estamos ante una novela militar en la que caben pocas cosas que no tengan que ver con la guerra (la aparición de Teresa a mitad de la novela y al final), y donde Cornwell nos presenta a un viejo enemigo de Sharpe que está en sus propias filas, el sargento Hakeswill, un "malo" donde los haya al que deseas fervientemente una muerte indigna pero que no hay manera...
Es un libro que se disfruta leyendo, que crece en intensidad y emoción porque deseas que muera Hakeswill pero también que la carnicería del asalto a Badajoz acabe pronto. Ese asalto a Badajoz es tan bien descrito por Cornwell que me dan ganas de pensar que primero, ni loco me hubiera gustado estar ahí, y segundo, Wellington sacrificó demasiadas vidas en un ataque demasiado precipitado.
Por otro lado, por poner algunos "peros" a este libro y a los anteriores, a veces parece como si Sharpe no tuviera debilidad alguna, fuera invencible, es audaz y valiente pero no flaquea nunca, y creo que hasta el mejor soldado sabe lo que es el miedo. También, los españoles son aguerridos guerrilleros pero un desastre como ejército (tópico), los portugueses unos mantas (otro tópico) y los británicos nuestros salvadores.
Los desmanes de la "chusma" británica (los regimientos se alimentaban de ladrones, asesinos fugados e indeseables) tras la toma de Badajoz (asesinatos, violaciones, robos, etc.) también aparecen descritos, porque Cornwell no puede obviarlos, se dieron, pero también puntualiza que la ira de los soldados era tanta por la carnicería que provocaban los cañones franceses que la reacción lógica fue una locura desenfrenada que ningún oficial pudo frenar.
Se ha criticado esta inhumanidad del ejército inglés en la toma de Badajoz y después en la de San Sebastián con la población española, cuando se supone que era un ejército liberador, no ocupante. De todas formas, ¿cuántos ejércitos antes de éste saquearon, violaron y mataron tras ocupar una ciudad que se había resistido?, es la ley de la guerra, y no la inventaron los ingleses, preguntad en todo caso a los griegos.
Sobre su forma de escribir, lo hace de manera sencilla, con un vocabulario asequible, incluso para algunos demasiado diferente en cuanto a calidad literaria de sus otras sagas, más trabajadas, parece como si la saga de Sharpe fuera más un divertimento sin muchas pretensiones. Pues sinceramente, a este divertimento no llegan muchos escritores hoy en día. Hurra por Cornwell!!

4 comentarios:

  1. La serie de Sharpe es genial. Yo de momento he llegado hasa la caída de Napoleón y, sinceramente, te hace pasar muy buenos ratos. Es cierto que en los momentos que narra la parte de las batallas es bastante crudo, pero también es verdad que esa parte es la que buscan muchos de los lectores.
    En cuanto a los tópicos a los que haces referencia, estos son continuos a lo largo de toda la serie y los españoles no quedamos muy bien parados (con algunas excepciones).
    Por cierto, existe una serie británica (creo) sobre Sharpe, protagonizada por Sean Bean (Boromir de El Señor de los Anillos), pero que no está en castellano.

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  2. Sabía lo de la serie y es una pena que no esté en castellano porque yo de inglés poco. Por suerte me queda mucho Sharpe para rato.

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  3. Mola Sharpe. Después de leerlos, no tuve más gusto que pintar unas miniaturas del 95th de Rifles, je,je...

    La verdad es que son novelitas para pasar el rato de lo más entretenido. No busques más. Son aventurillas enmarcadas en el período napoleónico sin muchas más pretensiones que las de divertir, y lo consigue con creces.

    Si te lees la trilogía de Arturo, son otro cantar. Para mi, de las mejores visiones de la lucha entre el mundo pagano y el cristianismo en su fase de consolidación, además de una de las impresiones más "verídicas", por decirlo de algún modo, de la figura de Arturo y los mitos que le rodean. Espero tu comentario...

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  4. Tengo la trilogía de Arturo pero de momento solo me he leído "El rey del invierno". Es verdad que Cornwell presenta una Britania posromana muy realista, con un mundo pagano acosado por el cristianismo, pero mi duda sigue siendo si existió de verdad Arturo como personaje histórico. ¿Existió un Aquiles en la guerra de Troya?

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