domingo, 20 de noviembre de 2011

Ropa interior, de Javier Ruiz Taboada

Passejar és un plaer, i fer-ho entre llibres encara més. Sempre m’ha agradat descobrir escriptors nous, versos curiosos,... i en aquest cas ha estat així. J. Ruiz Taboada (1964) és conegut com a periodista i treballa des de fa anys a una emissora de ràdio nacional, però també és fotògraf, dissenyador, pintor, etc. Aquest és el seu primer llibre de poemes, en el qual va quedar finalista en el concurs nacional de poesia Eladio Cabañero l’any 2008.
Ropa interior, m’ha agradat. M’ha semblat un llibre íntim i proper, senzill i de versos, en molts aspectes, impactants. Versos pròxims al haiku i quasi aforismes en alguns casos. Recomane la seua lectura i gaudir de les seues paraules, per això us deixe alguns dels seus poemes:


Perdemos la cabeza,

porque al corazón

no hay quien lo entienda.


Ayer te amé

como siempre

y disfruté

como nunca.


Te encontré

y me perdí.

Te perdí

y me encontré.

En ambas ocasiones, acerté.


La pena no se merece

si no merece la pena.


Escribo lo que pienso

porque me da miedo luego

pensar de memoria.

jueves, 10 de noviembre de 2011

La campaña afgana, de Steven Pressfield

Después de leer las estupendas novelas Puertas de Fuego (1998) y La conquista de Alejandro Magno (2004), del escritor norteamericano Steven Pressfield, tenía mucha expectación en leer la alabada novela titulada La campaña afgana (2006), que relata la campaña de Alejandro Magno en Afganistán (antiguas Sogdiana y Bactriana) entre el 330-327 a.C.
Si en La conquista de Alejandro Magno se narraban todas la campañas militares del genio militar desde Queronea hasta su muerte, en esta novela, y a través de los ojos de un joven soldado macedonio, Matías, se cuenta con detalle qué significaron para el ejército griego aquellos tres largos años que duró la campaña. Como si estuviera escribiendo para "mostrar" al soldado estadounidense que ha invadido Afganistán la dureza de este tipo de guerra de guerrilla, para decirle "mira lo que la historia nos debería enseñar y no aprendemos", nos cuenta que en la Antigüedad, el mejor ejército con el mejor general necesitó tres años para "pacificar" la región, y que todo aquello que es la guerra en territorio hostil lo padecieron en sus carnes los sufridos soldados macedonios, como mucho después los británicos en el siglo XIX o los rusos en la década de los 80 del siglo pasado. Y es que Afganistán es una tierra inhóspita cuyos pueblos defienden cada palmo de tierra hasta la última gota de sangre, puesto que la invasión significa la pérdida de libertad y la libertad merece el sacrificio de tantas vidas humanas. En la visión del soldado macedonio, de Matías concretamente, la guerra no es lo que se esperaba cuando se alistó, no es gloria y honor, es mas bien lo que ya sabíamos: miedo, vergüenza, cansancio, hastío, odio, asco y muerte. Todo eso siente Matías mientras el ejército macedonio arrasa aldeas, asesina ancianos y niños, esclaviza mujeres, aunque Matías no sea de los soldados que se enorgullecen de matar inocentes. La guerra con su cara más cruel, la guerra para la que los macedonios y Alejandro no están preparados porque el enemigo no plantea una batalla frontal sino que ataca y se esconde, huye y regresa, se rinde y vuelve a levantarse, un enemigo que nunca descansa, del que no puedes fiarte porque no sabes quién es tu amigo, ésa es la guerra de guerrillas. 
El problema es que Pressfield hace hincapié en que para ganar una guerra así solo vale el exterminio, puesto que quien lucha por su libertad nunca dejará de luchar, no es que lo justifique o esté a favor, sino que parece ser el único camino, un camino que ningún ejército debería recorrer. ¿Mensaje para EEUU en su guerra en Afganistán? ¿Está diciendo Pressfield que no vale la pena malgastar vidas de soldados por someter una tierra hostil que nunca se rendirá? Alejandro Magno entendió que después de tres años, podía poner fin a la guerra casándose con una hija de uno de los señores de la guerra, Roxana, con lo que pacificada la región, pudo seguir hacia la India.
En fin, una novela entretenida (incluso el desenlace final cuando Matías va a casarse con una afgana de la que se ha enamorado) que no defraudará porque nos enseña que la guerra puede tener distintos protagonistas pero siempre muestra la misma cara.