Mecanoscrit del segon origen (1974) es una de las novelas más emblemáticas de la literatura catalana de la segunda mitad del siglo XX y una de las fundamentales de la extensa bibliografía en lengua catalana (Joc brut, 1965; Mossegar-se la cua, 1968, etc.) del escritor nacido en un pequeño pueblo de la provincia de Lleida, Manuel de Pedrolo (1918-1990). El escritor sufrió los rigores de la censura franquista, quien no consintió su catalanismo, su lenguaje indecoroso y sus ataques a la religión y la moral sexual de la época.
La obra que reseño, que he leído en catalán, es una novela corta que podríamos clasificar de ciencia-ficción, englobaba en el género de la literatura postapocalíptica, que tan en boga está hoy en día.
La narración está centrada en dos jóvenes, Alba (14 años) y Dídac (9 años), quienes parecen ser los únicos supervivientes del Planeta después de un ataque alienígena que acaba con la raza humana. Huyendo de Benaura, su pueblo, acabarán refugiándose en un bosque cercano, viviendo de los alimentos no perecederos que encuentran en el pueblo y adquiriendo conocimientos de medicina de los libros que recogen. En definitiva, aprendiendo a vivir y a madurar.
Cuando el período de la descomposición de cadáveres ha pasado, se trasladarán a las afueras de Barcelona y emprenderán la laboriosa tarea de almacenar cuantos libros encuentran en las bibliotecas de la ciudad, a fin de conservar la cultura para las futuras generaciones.
A pesar de no estar completamente solos, sus esporádicos encuentros con algunos individuos les llevarán a ser muy cautelosos y expeditivos puesto que aprenderán que la supervivencia hace al hombre un ser despiadado. Y en esto veo paralelismos claros con La carretera de McCarthy, aunque el relato sea mucho más oscuro y desesperanzador en este último caso.
Para Alba y Dídac es la oportunidad de un nuevo comienzo, un segundo origen de la humanidad, que deberán repoblar teniendo muchos hijos, en una clara metáfora del mito de Adán y Eva, o si se quiere, de la historia de Noé y el diluvio universal, que también supuso un segundo comienzo para la humanidad según la Biblia.
Pero Alba y Dídac son, a diferencia de Adán y Eva, conscientes de su felicidad en un planeta que ya no es un paraíso, pero que todavía conserva lugares bonitos que visitar y tesoros que conservar. Además, están desligados de cualquier moral sexual impuesta por las religiones y por tanto experimentarán el sexo no solo como un instrumento útil para la repoblación del planeta, objetivo que tienen muy presente, sino también como una forma libre y desinhibida de expresar su creciente amor, liberados de toda idea de "pecado original", y conscientes de que sin acto sexual no hay raza humana. ¿Por qué lo considera el cristianismo un pecado?...
Pero los planes no saldrán como ellos esperan... Un texto encontrado 7.138 años después del ataque alienígena aclarará a esta segunda humanidad cuál fue su propio origen.
Una novela absolutamente recomendable que lleva a reflexionar sobre la capacidad del ser humano para aprender a vivir, y también para saber qué es lo importante en esta vida.