Cuando el joven de dieciséis años Holden Caulfield es expulsado del colegio Pencey de Nueva York por su bajo rendimiento, decide pasar un par de días en la ciudad antes de volver a casa de sus padres y enfrentarse a la "regañina" que le espera, no obstante, no es el primer colegio que abandona. Lo que le ocurra en esos dos días, esa "aventura" urbana cargado con unos cuantos dólares en el bolsillo y una gran excitación, es lo que después relata tras ser atendido por el psiquiátra.
Ésta es a grandes rasgos la línea argumental de El guardián entre el centeno o El cazador oculto (The Catcher in the Rye, 1951), del escritor norteamericano de ascendencia judía J.D. Salinger (1919-2010). Esta novela pronto se convirtió en uno de los hitos literarios de la prosa norteamericana contemporánea y dio a su autor una fama que no acabó de digerir bien, hasta el punto que en 1966 se alejó del mundanal ruido, no volvió a publicar novelas, aunque se sabe que escribió alguna más, se relacionó poco y vivió como un ermitaño huraño y antipático que rehuía de los focos, celoso guardián de su intimidad. Pero esta novela, para bien o para mal, le había dado la "inmortalidad" que tanto anhelan los escritores.
He leído esta novela movido por esa curiosidad latente que percibía cada vez que veía el libro en alguna librería y me preguntaba qué tenía de especial. Posiblemente el morbo de saber que el asesino de John Lennon se creía un Holden Cauldfield en carne y hueso, o que el que intentó matar a Ronald Reagan en 1981 estaba obsesionado con el libro. Ya se sabe, hay obsesiones buenas y malas...
Pero más allá de los datos morbosos, es uno de los libros más leídos en Estados Unidos y lectura obligatoria en muchos institutos. Y eso a pesar de que el joven flirtea con el alcohol y la prostitución. Sin embargo todo eso no lo hace escandaloso a mi modo de ver, aunque en 1951 causara más impacto en la conservadora sociedad americana.
Todas las vivencias que Holden cuenta en primera persona, sus relaciones con los compañeros de instituto, Stradlater o Ackley, con las chicas (como Sally Hayes), con su hermana Phoebe, o con aquellos que conoce brevemente en Nueva York, reflejan la forma de ver la vida de un adolescente inmaduro, rebelde, por otro lado culto (lee "Memorias de África"), inseguro, mentiroso, que da tumbos por la ciudad sin saber lo que quiere hacer (hasta su hermana pequeña Phoebe se lo recrimina), y es precisamente esa inseguridad, esa angustia sobre el futuro que le depara, la que convierte a Holden Caulfield en el prototipo del adolescente que intenta rebelarse y no seguir el camino marcado: instituto, universidad, trabajo en la oficina, esposa e hijos. E intentar desviarse de ese camino le lleva a ser un incomprendido y a acabar en el psiquiátra.
Y en esa rebeldía de todos los adolescentes que odian todo lo que les rodea y no comprenden por qué las cosas son así está el acierto de esta novela que se convirtió en un vehículo de inspiración para muchas personas, novelistas que quedaron influidos por el estilo rápido y fresco de la escritura de Salinger, pero también psicópatas que se veían como un Holden Caulfield dispuesto a dejar su "huella" en este tedioso mundo.
Sin embargo, pienso que la influencia de esta novela estriba en que debió ser un soplo de aire fresco para una generación de jóvenes que querían romper las cadenas del mundo en el que vivían y crear otro nuevo, tal vez los jóvenes de la década de los 50 y 60 no lo consiguieron, pero aquellos jóvenes del 68 que en la década siguiente intentaron cambiar su forma de vida para cambiar el mundo debían llevar en sus mochilas este "insignificante" libro. Y mientras el mundo siga siendo como es, habrá "guardianes entre el centeno" en las mochilas para rebelarse.
hay este libro me parece fantasticooo.. apenas llevo como 20 paginas leidas pero es muy bueno*-* saludos :p te sigo
ResponderEliminar