George R.R. Martin es mundialmente conocido gracias a su excepcional saga Canción de hielo y fuego, pero antes de embarcarse en esa monumental tarea, escribió otros relatos muy interesantes, entre ellos este libro de ciencia ficción ambientado en un futuro lejano y conocido como Los viajes de Tuf (1986). Aunque los relatos comenzaron a aparecer en una revista en 1976, no es hasta 1986 cuando Martin da forma coherente a las aventuras de Tuf en siete relatos enlazados.
Haviland Tuf es un ser humano bastante peculiar, de gran estatura, piel blanca y calvo, vegetariano y amante de los gatos, que aparece en el primer relato ("El Arca") como un comerciante espacial con una vieja nave que es alquilada por cinco tripulantes que desean encontrar algo que llevaban tiempo buscando, el Arca, es decir una inmensa nave sembradora del CIE (Cuerpo de Ingeniería Ecológica) del extinto Imperio Federal de la Vieja Tierra. Al parecer es la única nave con estas características que queda, y es una nave poderosa, como los tripulantes comprobarán al abordarla, una nave que contiene códigos genéticos de todas las especies animales y vegetales recogidas en miles de mundos, una nave que es capaz de clonar esas especies, y por tanto una arma de guerra biológica para acabar con planetas enteros destruyendo sus ecosistemas. Ante tamaña arma, las ansias por poseerla llevan a los miembros de la expedición a intentar eliminarse entre ellos. Solo Haviland Tuf sobrevivirá y se hará con el control de dicha nave, convirtiéndose en ingeniero ecológico de la noche a la mañana.
A partir de entonces comienza sus viajes, en los que va resolviendo los problemas que se le van planteando en diferentes planetas, aunque el problema más grave es sin duda el que sufre el planeta de S'uthlam, el cual conocemos en el segundo relato ("Los panes y los peces"). S'uthlam es un planeta superpoblado (39 mil millones de habitantes) y con una grave escasez de recursos alimenticios. Allí conocerá a Tolly Mune, una mujer que ocupa el cargo de Maestre del Puerto, quien le manifestará su deseo de adquirir el Arca.
Pero Tuf se propone solucionar el problema del planeta clonando plantas y animales para mejorar la producción alimenticia, aun sabiendo que es una solución provisional, realmente Tuf es un defensor de la política de control de natalidad. A cambio de este servicio, Tuf conseguirá un préstamo para reparar su nueva nave, y posteriormente realizará otros servicios, también remunerados, en otros planetas, resolviendo problemas relacionados con la ecología.
Cuando vuelve a S'uthlam, esta vez acompañado de su gato telépata Dax, se encuentra con el mismo problema de desequilibro entre población y recursos, puesto que al mejorar la alimentación, la natalidad lejos de disminuir, ha aumentado. Tuf vuelve a proponer la misma solución radical para acabar con el problema pero los dirigentes de S'uthlam se oponen, iría contra la doctrina de su religión, que fomenta la natalidad.
Su poderosa Arca vuelve a proporcionar soluciones parciales para el planeta, con nuevas especies animales y vegetales más nutritivas.
Tuf es consciente de que su Arca es una arma peligrosa que en manos equivocadas podría causar mucho mal, pero nuestro protagonista es en todo momento honesto y confiado, y aunque Mune le advierte de que "el poder corrompe y el poder absoluto corrompe de modo irremisible", Tuf no ha sido corrompido.
De nuevo, tras varios servicios en otros planetas, vuelve a S'uthlam para comprobar que la guerra con otros planetas es inminente ante el problema de la superpoblación. Definitivamente Tuf tomará una decisión sobre el problema, y Tolly Mune, ahora Primera Consejera del planeta, deberá escoger...
Estamos ante una novela muy bien narrada, como no podía ser menos tratándose de Martin, que recuerda mucho al gran Asimov, con un personaje principal con el que empatizamos enseguida, por ser una persona muy inteligente que hace un uso racional de una arma muy peligrosa, aun teniendo el poder sobre la vida y la muerte, como un dios. Un ser rodeado de ingratitud, desconfianza y envidia, que confía mucho más en los gatos que en las personas, pero que sigue poniendo un poco de cordura, honestidad y humanidad en un futuro no tan lejano. Martin parece decirnos que, a pesar de que puedan existir armas peligrosas y mortíferas, la honestidad de algunos seres humanos acabará salvando a la Humanidad.
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