Reseñar a Bertrand Russell (1872-1970) no parece tarea fácil porque sería capaz de reproducir gran parte del libro debido a la clarividencia de sus reflexiones. Por qué no soy cristiano recoge una serie de conferencias y ensayos del filósofo británico publicados entre 1928 y 1951. Sin duda alguna, la que lleva por título "Por qué no soy cristiano", pronunciada en 1927, tuvo una repercusión enorme en la época puesto que Russell negaba la existencia de Dios con argumentos racionalistas, además de criticar el papel del cristianismo a lo largo de la historia.
Russell fue un humanista en el sentido amplio de la palabra: escribió sobre literatura, política, ética, matemáticas, filosofía y teología. Además fue un firme partidario del desarme y de la paz mundial, un defensor a ultranza de la libertad y por tanto un enemigo de los totalitarismos (tanto fascista como comunista). Fue un librepensador del siglo XX, un intelectual racionalista admirado cuyas opiniones nunca dejaron indiferente a nadie. Todo un humanista.
Su posición frente a las religiones es tan tajante que no deja duda desde el prefacio: "Creo que todas las grandes religiones del mundo -el budismo, el hinduismo, el cristianismo, el islam y el comunismo- son a la vez falsas y dañinas".
Ser cristiano supone creer en un dogma: hay que creer en Dios y en la inmortalidad. Pero, ¿existe Dios? hay diferentes argumentos que lo niegan:
- la Causa Primera: "Si todo tiene que tener alguna causa, entonces Dios debe tener una causa".
- el argumento del Plan: que todo fue creado siguiendo un plan, pero desde Darwin, sabemos que las criaturas vivas se adaptan al medio, y que por tanto evolucionamos.
- el argumento del remedio de la injusticia: que Dios existe porque es necesario para traer justicia al mundo. Según esto, tiene que haber un Dios y tiene que haber un cielo y un infierno con el fin de que a la larga haya justicia, si no la hay en la tierra. ¿Pero por qué Dios nos castiga con injusticia en la tierra?
- el carácter de Cristo: Cristo no era el mejor y más sabio de los hombres, creía en el infierno y amenazaba con el castigo eterno. Dice Russell, "yo no creo que ninguna persona profundamente humana pueda creer en un castigo eterno". Cristo es un predicador que manifiesta su furia vengativa contra los que no escuchaban sus sermones. "No se halla esa actitud en Sócrates".
Russell acaba diciendo que la doctrina cristiana es una doctrina que trajo la crueldad al mundo y dio al mundo generaciones de cruel tortura.
A continuación Russell afirma que la religión cristiana ha sido y es la principal enemiga del progreso moral del mundo. Y llega a una afirmación que comparto: "La religión se basa principalmente en el miedo. Es en parte el miedo a lo desconocido... el miedo a lo misterioso, el miedo a la derrota, el miedo a la muerte."
Es la ciencia la que nos librará del miedo cobarde con el que la humanidad ha vivido, "tenemos que ver el mundo tal cual es y no tener miedo de él", "debemos mantenernos en pie y mirar al mundo a la cara".
En el ensayo de 1930, "¿Ha hecho la religión contribuciones útiles a la civilización?", Russell afirma que no. La religión es una enfermedad nacida del miedo, es perniciosa intelectual y moralmente. Como ejemplo, su actitud ante el sexo (considerado tabú), y su oposición al control de la natalidad, idea que Russell considera que es fundamental para luchar contra la pobreza. Para que exista libertad sexual, Russell proponía que las Iglesias no dominasen la política educacional. Buena parte de esto se ha conseguido en muchos países.
Para el cristiano, el sufrimiento es parte de su vida. Para Russell, "ningún hombre que crea que los sufrimientos de este mundo son por nuestro bien puede mantener intactos sus valores éticos, ya que siempre está tratando de hallar excusas para el dolor y la miseria".
Sus afirmaciones son categóricas a lo largo del libro, y no pretendo citar todas aquellas que me han llamado la atención, sería una larguísima reseña, solo destacaré algunas más: "los tres impulsos humanos que representa la religión son el miedo, la vanidad y el odio"; "No pretendo poder probar que Dios no existe...El dios cristiano puede existir; igualmente pueden existir los dioses del Olimpo, del antiguo Egipto o de Babilonia."; "si no tuviéramos miedo a la muerte, no creo que hubiera nacido la idea de la inmortalidad", "el miedo es la base del dogma religioso".
Sin embargo, el miedo a la muerte es consustancial al hombre, es algo que ya muestran los neandertales cuando entierran a sus seres queridos. Las religiones prometen la inmortalidad, ¿por qué no creer en ella? Da consuelo.
Finalmente la eterna discusión entre libre albedrío y determinismo: "El mundo en que vivimos puede ser entendido como resultado de la confusión y el accidente; pero, si es el resultado de un propósito deliberado, el propósito tiene que haber sido el de un demonio. Por mi parte, encuentro el accidente una hipótesis menos penosa y más verosímil".
Acabo con esta reflexión que suscribo: "El cristianismo se ha distinguido de las otras religiones por una mayor disposición a la persecución... El antisemitismo fue fomentado por el cristianismo desde el momento en que el Imperio romano se hizo cristiano".
Un libro para abrir las mentes. Imprescindible.
Russell fue un humanista en el sentido amplio de la palabra: escribió sobre literatura, política, ética, matemáticas, filosofía y teología. Además fue un firme partidario del desarme y de la paz mundial, un defensor a ultranza de la libertad y por tanto un enemigo de los totalitarismos (tanto fascista como comunista). Fue un librepensador del siglo XX, un intelectual racionalista admirado cuyas opiniones nunca dejaron indiferente a nadie. Todo un humanista.
Su posición frente a las religiones es tan tajante que no deja duda desde el prefacio: "Creo que todas las grandes religiones del mundo -el budismo, el hinduismo, el cristianismo, el islam y el comunismo- son a la vez falsas y dañinas".
Ser cristiano supone creer en un dogma: hay que creer en Dios y en la inmortalidad. Pero, ¿existe Dios? hay diferentes argumentos que lo niegan:
- la Causa Primera: "Si todo tiene que tener alguna causa, entonces Dios debe tener una causa".
- el argumento del Plan: que todo fue creado siguiendo un plan, pero desde Darwin, sabemos que las criaturas vivas se adaptan al medio, y que por tanto evolucionamos.
- el argumento del remedio de la injusticia: que Dios existe porque es necesario para traer justicia al mundo. Según esto, tiene que haber un Dios y tiene que haber un cielo y un infierno con el fin de que a la larga haya justicia, si no la hay en la tierra. ¿Pero por qué Dios nos castiga con injusticia en la tierra?
- el carácter de Cristo: Cristo no era el mejor y más sabio de los hombres, creía en el infierno y amenazaba con el castigo eterno. Dice Russell, "yo no creo que ninguna persona profundamente humana pueda creer en un castigo eterno". Cristo es un predicador que manifiesta su furia vengativa contra los que no escuchaban sus sermones. "No se halla esa actitud en Sócrates".
Russell acaba diciendo que la doctrina cristiana es una doctrina que trajo la crueldad al mundo y dio al mundo generaciones de cruel tortura.
A continuación Russell afirma que la religión cristiana ha sido y es la principal enemiga del progreso moral del mundo. Y llega a una afirmación que comparto: "La religión se basa principalmente en el miedo. Es en parte el miedo a lo desconocido... el miedo a lo misterioso, el miedo a la derrota, el miedo a la muerte."
Es la ciencia la que nos librará del miedo cobarde con el que la humanidad ha vivido, "tenemos que ver el mundo tal cual es y no tener miedo de él", "debemos mantenernos en pie y mirar al mundo a la cara".
En el ensayo de 1930, "¿Ha hecho la religión contribuciones útiles a la civilización?", Russell afirma que no. La religión es una enfermedad nacida del miedo, es perniciosa intelectual y moralmente. Como ejemplo, su actitud ante el sexo (considerado tabú), y su oposición al control de la natalidad, idea que Russell considera que es fundamental para luchar contra la pobreza. Para que exista libertad sexual, Russell proponía que las Iglesias no dominasen la política educacional. Buena parte de esto se ha conseguido en muchos países.
Para el cristiano, el sufrimiento es parte de su vida. Para Russell, "ningún hombre que crea que los sufrimientos de este mundo son por nuestro bien puede mantener intactos sus valores éticos, ya que siempre está tratando de hallar excusas para el dolor y la miseria".
Sus afirmaciones son categóricas a lo largo del libro, y no pretendo citar todas aquellas que me han llamado la atención, sería una larguísima reseña, solo destacaré algunas más: "los tres impulsos humanos que representa la religión son el miedo, la vanidad y el odio"; "No pretendo poder probar que Dios no existe...El dios cristiano puede existir; igualmente pueden existir los dioses del Olimpo, del antiguo Egipto o de Babilonia."; "si no tuviéramos miedo a la muerte, no creo que hubiera nacido la idea de la inmortalidad", "el miedo es la base del dogma religioso".
Sin embargo, el miedo a la muerte es consustancial al hombre, es algo que ya muestran los neandertales cuando entierran a sus seres queridos. Las religiones prometen la inmortalidad, ¿por qué no creer en ella? Da consuelo.
Finalmente la eterna discusión entre libre albedrío y determinismo: "El mundo en que vivimos puede ser entendido como resultado de la confusión y el accidente; pero, si es el resultado de un propósito deliberado, el propósito tiene que haber sido el de un demonio. Por mi parte, encuentro el accidente una hipótesis menos penosa y más verosímil".
Acabo con esta reflexión que suscribo: "El cristianismo se ha distinguido de las otras religiones por una mayor disposición a la persecución... El antisemitismo fue fomentado por el cristianismo desde el momento en que el Imperio romano se hizo cristiano".
Un libro para abrir las mentes. Imprescindible.
Muy interesante,la reseña tendre que leer este libro.También pienso que el "MIEDO" es nuestro peor enemigo, nos anula y no nos deja pensar racionalmente.
ResponderEliminarTe lo recomiendo, tiene reflexiones muy actuales, como el tema de la doble moral de la iglesia católica con la cuestión sexual o la natalidad.
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