Por fin he terminado el último libro de Beevor publicado por Crítica este año, 655 páginas de relato vívido de una de las batallas claves de la II Guerra Mundial. Digo por fin no porque me haya resultado pesado, al contrario, sino porque leer un poco por las noches, que es cuando normalmente leo, alarga los libros.
Antony Beevor (1946) es un historiador británico autor de varios libros convertidos en "best-sellers". Se ha especializado en la II Guerra Mundial y más concretamente en sus batallas ("Stalingrado", "Berlín 1945: la caída", "La batalla de Creta"), aunque también ha narrado la Guerra Civil Española.
No he leído ninguna de sus obras anteriores a ésta, asignatura pendiente porque las tengo, pero sé que "Stalingrado" y "Berlín 1945: la caída" han recibido muy buenas críticas. Todo se andará. El problema de mi visión sobre el libro es que, para bien o para mal, no he leído otros ensayos sobre la batalla (Cornelius Ryan, Stephen Ambrose, o John Keegan y su "Seis ejércitos en Normandía"). Es lógico pensar por tanto que esté impresionado por el relato de Beevor aunque soy consciente de que es la visión de este historiador.
En esencia, el libro trata de transmitir que no solo los nazis cometieron atrocidades en Normandía (matanzas de civiles, ejecuciones de prisioneros, etc.) sino que también los aliados se mostraron "salvajes" con los soldados alemanes, sobretodo con los de la SS, y que algunos bomboardeos aliados contra ciudades francesas de Normandía se podían haber evitado porque murieron miles de civiles. Lo que trata Beevor es de desmitificar la dicotomía generalmente aceptada de buen soldado aliado/inhumanos soldados alemanes.
La batalla narra desde la acción de los paracaidistas la madrugada del 6 de junio hasta la liberación de París el 25 de agosto.
De todo el relato me gustaría comentar algunas cuestiones:
- Que Beevor intenta convencernos de que los que más sufrieron en el desembarco fueron los soldados norteamericanos en la playa Omaha. Por el fuerte oleaje de ese día, el desembarco se desorganizó y las ametralladoras alemanas hacían estragos.
- Que los paracaidistas aliados realizaron una labor importantísima la madrugada del 6 de junio, tomando puentes, cortando comunicaciones, sembrando el caos entre los alemanes.
- la tardanza en movilizar las divisiones alemanas tras el desembarco se debió a que Hitler seguía pensando que el gran desembarco sería en Calais, lo que muestra el éxito de las operaciones de desinformación aliadas.
- Que en la batalla de Normandía se impuso la guerra de desgaste en un terreno difícil para los blindados y la infantería ("bocage"); los alemanes no tenían posibilidades de ser reemplazados, ni siquiera de planear una contraofensiva.
- Que la inflexibilidad de Hitler (no admitía retiradas) acabaría por destruir al ejército alemán en Normandía y Francia se perdería. Como en Stalingrado.
- La valiosísima acción de los bombardeos aliados, que entorpecieron el avance de las divisiones alemanas que se dirigían a Normandía (la Hitler Jugend y la Lehr Division). Sin esta acción, todo lo logrado el 6 de junio se hubiera ido al garete.
- La mala opinión de Beevor respecto a Montgomery, el general británico, es evidente a lo largo del libro (como la de De Gaulle): por ejemplo, lo critica por no haber previsto el siguiente paso al desembarco, por no tomar Caen el 7 de junio, por su lentitud en el avance, etc.
- El caos en la estructura de mando alemán queda evidenciado en estas palabras del general Von Schweppenburg: "En un momento en el que absolutamente todo dependía de acciones rápidas, sólo se dieron órdenes a dos divisiones y media desde los siguientes cuarteles generales: el del I Cuerpo Acorazado de la SS, el de la Panzergruppe West, el del 7º Ejército destacado en Le Mans, el del Grupo de Ejército B, el del OB West y el del OKW". (p. 216)
- la supremacía aérea aliada no se vio molestada por una desaparecida Luttwaffe. ¿Dónde estaba? Los soldados alemanes se quejaban amargamente de la ausencia de sus aviones.
- Esta es la opinión de uno de los generales alemanes sobre Hitler: "al igual que en el frente oriental, Hitler no quería ver la realidad y que cuando sus sueños no conseguían materializarse buscaba un chivo expiatorio".
- A pesar de la desorganización, de la escasez de tropas y combustible, las tropas alemanas se defendieron con uñas y dientes y ralentizaron el avance aliado. Eran de hecho mejores que las norteamericanas (en Normandía, la infantería norteamericana sufrió un 85% de bajas).
- sobre la "fatiga de combate", que Patton definía como cobardía: "Casi la mitad de las bajas por agotamiento de combate fueron reemplazos que se vinieron abajo al cabo de menos de 48 horas de estar en el frente".
- eso sí, los americanos habían aprendido muy bien la lección de cómo combinar infantería, blindados y apoyo aéreo: "cada vez que llegaban a un puesto de bloqueo en la carretera, el oficial de enlace de aviación que iba en el tanque o en el semioruga simplemente pedía ayuda a una escuadrilla de aviones y la posición defensiva era destruida".
En fin, tantas cosas se podrían comentar. Este libro me ha dejado un muy buen sabor de boca. Muy recomendable.
Antony Beevor (1946) es un historiador británico autor de varios libros convertidos en "best-sellers". Se ha especializado en la II Guerra Mundial y más concretamente en sus batallas ("Stalingrado", "Berlín 1945: la caída", "La batalla de Creta"), aunque también ha narrado la Guerra Civil Española.
No he leído ninguna de sus obras anteriores a ésta, asignatura pendiente porque las tengo, pero sé que "Stalingrado" y "Berlín 1945: la caída" han recibido muy buenas críticas. Todo se andará. El problema de mi visión sobre el libro es que, para bien o para mal, no he leído otros ensayos sobre la batalla (Cornelius Ryan, Stephen Ambrose, o John Keegan y su "Seis ejércitos en Normandía"). Es lógico pensar por tanto que esté impresionado por el relato de Beevor aunque soy consciente de que es la visión de este historiador.
En esencia, el libro trata de transmitir que no solo los nazis cometieron atrocidades en Normandía (matanzas de civiles, ejecuciones de prisioneros, etc.) sino que también los aliados se mostraron "salvajes" con los soldados alemanes, sobretodo con los de la SS, y que algunos bomboardeos aliados contra ciudades francesas de Normandía se podían haber evitado porque murieron miles de civiles. Lo que trata Beevor es de desmitificar la dicotomía generalmente aceptada de buen soldado aliado/inhumanos soldados alemanes.
La batalla narra desde la acción de los paracaidistas la madrugada del 6 de junio hasta la liberación de París el 25 de agosto.
De todo el relato me gustaría comentar algunas cuestiones:
- Que Beevor intenta convencernos de que los que más sufrieron en el desembarco fueron los soldados norteamericanos en la playa Omaha. Por el fuerte oleaje de ese día, el desembarco se desorganizó y las ametralladoras alemanas hacían estragos.
- Que los paracaidistas aliados realizaron una labor importantísima la madrugada del 6 de junio, tomando puentes, cortando comunicaciones, sembrando el caos entre los alemanes.
- la tardanza en movilizar las divisiones alemanas tras el desembarco se debió a que Hitler seguía pensando que el gran desembarco sería en Calais, lo que muestra el éxito de las operaciones de desinformación aliadas.
- Que en la batalla de Normandía se impuso la guerra de desgaste en un terreno difícil para los blindados y la infantería ("bocage"); los alemanes no tenían posibilidades de ser reemplazados, ni siquiera de planear una contraofensiva.
- Que la inflexibilidad de Hitler (no admitía retiradas) acabaría por destruir al ejército alemán en Normandía y Francia se perdería. Como en Stalingrado.
- La valiosísima acción de los bombardeos aliados, que entorpecieron el avance de las divisiones alemanas que se dirigían a Normandía (la Hitler Jugend y la Lehr Division). Sin esta acción, todo lo logrado el 6 de junio se hubiera ido al garete.
- La mala opinión de Beevor respecto a Montgomery, el general británico, es evidente a lo largo del libro (como la de De Gaulle): por ejemplo, lo critica por no haber previsto el siguiente paso al desembarco, por no tomar Caen el 7 de junio, por su lentitud en el avance, etc.
- El caos en la estructura de mando alemán queda evidenciado en estas palabras del general Von Schweppenburg: "En un momento en el que absolutamente todo dependía de acciones rápidas, sólo se dieron órdenes a dos divisiones y media desde los siguientes cuarteles generales: el del I Cuerpo Acorazado de la SS, el de la Panzergruppe West, el del 7º Ejército destacado en Le Mans, el del Grupo de Ejército B, el del OB West y el del OKW". (p. 216)
- la supremacía aérea aliada no se vio molestada por una desaparecida Luttwaffe. ¿Dónde estaba? Los soldados alemanes se quejaban amargamente de la ausencia de sus aviones.
- Esta es la opinión de uno de los generales alemanes sobre Hitler: "al igual que en el frente oriental, Hitler no quería ver la realidad y que cuando sus sueños no conseguían materializarse buscaba un chivo expiatorio".
- A pesar de la desorganización, de la escasez de tropas y combustible, las tropas alemanas se defendieron con uñas y dientes y ralentizaron el avance aliado. Eran de hecho mejores que las norteamericanas (en Normandía, la infantería norteamericana sufrió un 85% de bajas).
- sobre la "fatiga de combate", que Patton definía como cobardía: "Casi la mitad de las bajas por agotamiento de combate fueron reemplazos que se vinieron abajo al cabo de menos de 48 horas de estar en el frente".
- eso sí, los americanos habían aprendido muy bien la lección de cómo combinar infantería, blindados y apoyo aéreo: "cada vez que llegaban a un puesto de bloqueo en la carretera, el oficial de enlace de aviación que iba en el tanque o en el semioruga simplemente pedía ayuda a una escuadrilla de aviones y la posición defensiva era destruida".
En fin, tantas cosas se podrían comentar. Este libro me ha dejado un muy buen sabor de boca. Muy recomendable.
Parece un libro fantástico ¿no?tomaré nota de él. Hay tantas opiniones sobre lo acontecido en los momentos que este libro narra, que nunca se sabe pero lo que sí es cierto es el alto número de victimas en ambos bandos.
ResponderEliminarUn saludo.
Hola Eva, es un libro fantástico. Es verdad que hubo muchas bajas por los dos bandos, pero la clave estuvo en que mientras los americanos recibían reemplazos continuamente, los alemanes combatían días y días sin poder descansar porque ni siquiera podían ser relevados puesto que el frente se rompería. Fue una batalla ganada por el número. Cada tanque alemán destruido, era un tanque menos. En cambio los aliados desembarcaron miles y miles de vehículos.
ResponderEliminarParece una visión muy interesante, la verdad. ¿Que Anthony Beevor tiene una obra acerca de la batalla de Creta? ¡¡Dios, tengo que localizarla!!. Es una acción que me encanta, con los Fallschirmjäger y Gebirgsjäger (paracaidistas y cazadores alpinos) lanzados desde los Junkers Ju-72 y en planeadores en duros combates contra los ¿neozelandeses? apostados en la isla. Joé, cómo mola. Tengo que localizarlo.
ResponderEliminarA ver si alguien se anima y escribe algo de la heróica acción de los comandos británicos sobre Saint Nazaire. Es para hacer una película.
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ResponderEliminarCreemos que esta información puede ser útil para ti y para tus lectores, y te agradeceríamos que le dieras la mayor difusión posible.
Un cordial saludo,
Libros y Literatura