sábado, 17 de agosto de 2013

Watchmen, de Alan Moore y Dave Gibbons

Watchmen (1986-1987) es un cómic o novela gráfica, como se prefiera, de referencia en la larga historia de los cómics, fruto de la mente genial de Alan Moore, con dibujos de Dave Gibbons y color de John Higgins. Creado para la editorial DC Comics, apareció primero estructurado en 12 números. 
Alan Moore (Northampton, 1953) ya había roto moldes con V de Vendetta (1982-1988), donde presentaba un futuro distópico ambientando en una Inglaterra bajo una dictadura fascista a finales de los 90, y un héroe, V, dispuesto a acabar con la dictadura de cualquier modo. El cómic es en sí un manifiesto anarquista cuyos influjos hemos visto recientemente en el movimiento Anonymous a través de la icónica máscara de Guy Fawkes. De hecho el "excéntrico Moore" (además de ser el gran guionista de cómics, ahora también es mago) se declara anarquista. En esa historia dejaba entrever lo que el Partido Conservador de Thatcher podía acabar provocando en Inglaterra.
El éxito de crítica y público le acompañó en su siguiente gran trabajo: Watchmen, que plantea un mundo situado en una Guerra Fría alterada por la presencia de un grupo de superhéroes un tanto peculiares. Esa alteración se refleja por ejemplo en que EEUU ha ganado la guerra de Vietnam, o que en 1985, año en que se sitúa la trama, todavía es presidente Richard Nixon. Pero estos superhéroes que Moore crea, basándose en los de Charlton Comics, no son los superhéroes al uso (Superman o Spiderman), con poderes sobrenaturales, y salvo el Dr. Manhattan, el resto (Rorschach, Búho Nocturno, Espectro de Seda, el Comediante y Ozymandias) son personas "normales" que deciden ponerse un traje y una máscara y creen que su misión es acabar con el crimen y la corrupción. Pero sus problemas psicológicos y sus posiciones moralistas sitúan a algunos de ellos, principalmente Rorschach y el Comediante, cerca de la extrema derecha. En 1985 solo el Dr. Manhattan, que trabaja para el gobierno en proyectos sobre teoría cuántica, y Rorschach (que va por libre) están realmente en activo. El resto ha colgado el traje por diversos motivos. Y además estamos hablando de la segunda generación, porque la primera nació en los años 40 y ya ha envejecido. 
Sin embargo, el asesinato del Comediante lleva a Rorschach a iniciar una investigación para descubrir por qué alguien está muy interesado en que los Watchmen desaparezcan de escena. Y todo esto en un ambiente de histeria típica de la Guerra Fría por el temor a una inminente guerra nuclear entre la URSS y EEUU.
Pero en esta historia, magistralmente contada, y desgranada poco a poco, nos equivocaremos cuando nos apresuremos a valorar la catadura moral de cada superhéroe. 
Y esto es lo que nos quiere hacer ver Moore: como en V de Vendetta, al leer Watchmen se nos plantea la pregunta en relación con la reflexión de Maquiavelo, "el fin justifica los medios", ¿debe haber unos límites? En V de Vendetta entendemos que toda acción contra una dictadura fascista está más que justificada, y vemos lógico el "terrorismo" de V; pero en Watchmen, ¿a qué precio debemos pagar el fin de la Guerra Fría?
Después de Watchmen, Moore publicaría entre 1991 y 1996 otra novela gráfica fundamental: From Hell, donde se adentraba en los asesinatos cometidos por Jack el Destripador.
En definitiva, creo que estamos ante una gran novela gráfica adulta que requiere de nuevas lecturas porque hasta el más mínimo detalle tiene un significado en esta historia. Absolutamente recomendable.

jueves, 1 de agosto de 2013

Los viajes de Tuf, de George R.R. Martin

George R.R. Martin es mundialmente conocido gracias a su excepcional saga Canción de hielo y fuego, pero antes de embarcarse en esa monumental tarea, escribió otros relatos muy interesantes, entre ellos este libro de ciencia ficción ambientado en un futuro lejano y conocido como Los viajes de Tuf (1986). Aunque los relatos comenzaron a aparecer en una revista en 1976, no es hasta 1986 cuando Martin da forma coherente a las aventuras de Tuf en siete relatos enlazados.
Haviland Tuf es un ser humano bastante peculiar, de gran estatura, piel blanca y calvo, vegetariano y amante de los gatos, que aparece en el primer relato ("El Arca") como un comerciante espacial con una vieja nave que es alquilada por cinco tripulantes que desean encontrar algo que llevaban tiempo buscando, el Arca, es decir una inmensa nave sembradora del CIE (Cuerpo de Ingeniería Ecológica) del extinto Imperio Federal de la Vieja Tierra. Al parecer es la única nave con estas características que queda, y es una nave poderosa, como los tripulantes comprobarán al abordarla, una nave que contiene códigos genéticos de todas las especies animales y vegetales recogidas en miles de mundos, una nave que es capaz de clonar esas especies, y por tanto una arma de guerra biológica para acabar con planetas enteros destruyendo sus ecosistemas. Ante tamaña arma, las ansias por poseerla llevan a los miembros de la expedición a intentar eliminarse entre ellos. Solo Haviland Tuf sobrevivirá y se hará con el control de dicha nave, convirtiéndose en ingeniero ecológico de la noche a la mañana.
A partir de entonces comienza sus viajes, en los que va resolviendo los problemas que se le van planteando en diferentes planetas, aunque el problema más grave es sin duda el que sufre el planeta de S'uthlam, el cual conocemos en el segundo relato ("Los panes y los peces"). S'uthlam es un planeta superpoblado (39 mil millones de habitantes) y con una grave escasez de recursos alimenticios. Allí conocerá a Tolly Mune, una mujer que ocupa el cargo de Maestre del Puerto, quien le manifestará su deseo de adquirir el Arca.
Pero Tuf se propone solucionar el problema del planeta clonando plantas y animales para mejorar la producción alimenticia, aun sabiendo que es una solución provisional, realmente Tuf es un defensor de la política de control de natalidad. A cambio de este servicio, Tuf conseguirá un préstamo para reparar su nueva nave, y posteriormente realizará otros servicios, también remunerados, en otros planetas, resolviendo problemas relacionados con la ecología.
Cuando vuelve a S'uthlam, esta vez acompañado de su gato telépata Dax, se encuentra con el mismo problema de desequilibro entre población y recursos, puesto que al mejorar la alimentación, la natalidad lejos de disminuir, ha aumentado. Tuf vuelve a proponer la misma solución radical para acabar con el problema pero los dirigentes de S'uthlam se oponen, iría contra la doctrina de su religión, que fomenta la natalidad.
Su poderosa Arca vuelve a proporcionar soluciones parciales para el planeta, con nuevas especies animales y vegetales más nutritivas. 
Tuf es consciente de que su Arca es una arma peligrosa que en manos equivocadas podría causar mucho mal, pero nuestro protagonista es en todo momento honesto y confiado, y aunque Mune le advierte de que "el poder corrompe y el poder absoluto corrompe de modo irremisible", Tuf no ha sido corrompido.
De nuevo, tras varios servicios en otros planetas, vuelve a S'uthlam para comprobar que la guerra con otros planetas es inminente ante el problema de la superpoblación. Definitivamente Tuf tomará una decisión sobre el problema, y Tolly Mune, ahora Primera Consejera del planeta, deberá escoger...

Estamos ante una novela muy bien narrada, como no podía ser menos tratándose de Martin, que recuerda mucho al gran Asimov, con un personaje principal con el que empatizamos enseguida, por ser una persona muy inteligente que hace un uso racional de una arma muy peligrosa, aun teniendo el poder sobre la vida y la muerte, como un dios. Un ser rodeado de ingratitud, desconfianza y envidia, que confía mucho más en los gatos que en las personas, pero que sigue poniendo un poco de cordura, honestidad y humanidad en un futuro no tan lejano. Martin parece decirnos que, a pesar de que puedan existir armas peligrosas y mortíferas, la honestidad de algunos seres humanos acabará salvando a la Humanidad.