viernes, 28 de septiembre de 2012

Marco Didio Falco. La guía oficial, de Lindsey Davis

Después de 20 novelas disfrutando de las pesquisas del "informante" Marco Didio Falco en la Roma de Vespasiano, parece que Lindsey Davis tenía ganas de hacer un alto en el camino, probablemente temporal, y adentrarse en otros terrenos literarios (publicó "Rebeldes y traidores" en 2009, sobre la guerra civil inglesa durante el siglo XVII; y publica en 2012 una novela ambientada en el reinado de Domiciano). Y esta pausa ha suscitado en la entrañable autora inglesa la necesidad de contarnos minuciosamente qué ha supuesto para ella esta saga literaria tan exitosa en lo comercial como en su calidad, aunque dispar por momentos. Para los que hemos leído las veinte novelas de Falco, desde la magistral La plata de Britania (1989) hasta Némesis (2011), resulta estremecedor pensar que ya han pasado más de veinte años desde que se iniciara la saga, aunque yo la descubrí, al mismo tiempo que un amigo, en torno a 1995, si no recuerdo mal. Desde entonces he sufrido con Falco todos los sinsabores de su ingrata tarea como detective en Roma y fuera de ella, en varias provincias, pero también he disfrutado de su relación amorosa con la inteligente Helena Justina, y cómo no, con su fiel amigo Petronio Longo, y toda la troupe familiar de Falco.
Esta guía oficial publicada en 2011 comienza con una breve autobiografía de la escritora inglesa, que tiene ya 63 años, destacando hechos luctuosos como el suicidio de su hermano, o sentimientos amargos cuando era funcionaria del Estado durante la dura etapa de la Thatcher. Mientras ejercía su trabajo rutinario enviaba los manuscritos de La carrera del honor, que cuenta el ascenso de Vespasiano al poder, o La plata de Britania, la primera aventura de Falco. Nnguna de sus novelas ganó un premio, aunque quedara finalista...
Lo cierto es que un editor acabó confiando en ella y pudo por fin tener un éxito comercial que le permitió dejar su puesto de funcionaria, mudarse a una casa más grande y dedicarse a la escritura. Como ella bien dice, no había estudiado Historia pero sí Lengua y Literatura Inglesa, y por tanto dominaba "el andamiaje" con el que se construye una buena novela: buen argumento y personajes sólidos. A esto le añadió de su propia cosecha una fina ironía en boca de Falco, quien, a la manera de un Juvenal o un Marcial, destripa sin misericordia a la sociedad romana.
Cuando escribía la última entrega de Falco, Némesis, murió su compañero durante 32 años, Richard, que como bien dice Lindsey no era Falco, pero le había acompañado en sus numerosos viajes por diferentes países que le servían para documentarse. Es evidente que su muerte le ha marcado hasta el punto de decidir darse un descanso, pero no es la única razón. Davis siempre insiste que intenta dar lo mejor a sus lectores en cada entrega, pero aunque sea un fiel seguidor, y lo seguiré siendo, me duele reconocer que ha sido una saga con altibajos, y es probable que ella misma se haya dado cuenta de que para recuperar la frescura hace falta un descanso. Pero qué exigente soy con ella, ¿quién puede ser original durante 20 novelas? O'Brian y pocos más...
Tras los datos biográficos, repasa uno a uno los personajes principales de las novelas, para después hacer un recorrido por los lugares habituales de Roma, además de otras curiosidades sobre la vida cotidiana de los romanos. Cosas que ya sabía porque soy historiador, pero lo bueno de Davis es que nunca escribe para un lector demasiado culto (se haría muy elitista), sino que con admirable didactismo, describe y explica desde el funcionamiento del suministro de agua de la ciudad de Roma hasta cómo se cocina un rodaballo, además de explicarnos qué es el garum o cómo eran las fiestas Saturnales. Es decir, nos deleitamos y aprendemos. Finalmente, remata el libro con las preguntas más frecuentes que le suelen hacer los fieles lectores, como las que haría yo: ¿a dónde irá Falco en su nueva aventura? (aún me acuerdo cuando le hice esta pregunta a la escritora en la FNAC de Barcelona allá por 2003 cuando presentaba El mito de Júpiter, ahora lo pienso y digo: "vaya pregunta más sosa"), ¿Falco y Helena están casados formalmente?, y una que me ronda desde siempre: ¿es Falco el que escribe su propia autobiografía en época de Trajano, ya anciano? Hay algo seguro, no muere en la erupción del Vesubio...
Bueno, una guía para "falcófilos" que hará que pases un buen rato, pero sinceramente, ¡quiero otra aventura de Falco ya! 
Os dejo con el perfil de Marco Didio Falco:
"Su cumpleaños es el 23 de marzo. No tiene suerte, habla demasiado, es un hincha de los Azules, lee, le encantan las plantas, en el fondo es republicano, no sabe nadar [je, je] y se marea cuando viaja en barco... Es más inteligente de lo que finge ser y hace bromas que no adviertes hasta media hora después."

domingo, 9 de septiembre de 2012

Espejos, de Eduardo Galeano

Mucho me ha gustado este libro que venía recomendado fervientemente desde hace tiempo. Es un libro especial porque cuenta, como el subtítulo aclara, "una historia casi universal", un viaje interesantísimo a lo largo de la Historia, desde sus comienzos hasta principios del siglo XXI, compuesto por pequeños fragmentos de mitos, reflexiones, anécdotas, etc. Una historia compuesta de muchas historias pequeñas que ponen el dedo en la llaga para denunciar algunas de las muchas injusticias, crueldades y maldades cometidas por el hombre en nombre de ésta u otra religión, éste u otro rey o señor, ésta o aquella ideología verdadera, etc. Es un libro para hacer visible a aquellos que no tienen mucho hueco en la historia porque ésta suelen escribirla los que ganan y los que controlan el poder. Descubrimos pasajes dedicados a la mujer y su invisibilidad, a la esclavitud (con especial hincapié en los negros), a los pobres, a los descastados, a los homosexuales, a los judíos, a los gitanos, a los indios, a los extranjeros, a los que no tienen voz para hacerse oir y pasan de puntillas por los libros de historia que mayoritariamente escriben los historiadores occidentales de raza blanca.
Es un libro de "autoayuda" que nos permitirá despojarnos un poquito de nuestro eurocentrismo, "homocentrismo" y racismo natural. Sabemos que en América, Asia y África pasaron cosas muy importantes pero siempre las ponemos por detrás de lo que ha ocurrido en la vieja Europa. Por supuesto la mujer pinta muy poco a lo largo de la Historia y la raza blanca ha sido elegida por el Todopoderoso para llevar las bondades de la civilización a los salvajes que pueblan el mundo. Y entre esas "bondades", cómo no, la religión (monoteísta), en concreto la cristiana católica, que recibe del autor un especial interés puesto que está detrás muchas veces de las mayores atrocidades cometidas por el hombre.
Eduardo Galeano nació en Montevideo en 1940, se hizo periodista y escritor, publicando varios libros traducidos a numerosas lenguas, además de recibir numerosos premios. Tras el golpe de Estado de 1973 en Uruguay, Galeano fue encarcelado y obligado a dejar el país. Se va a Argentina, pero en 1976 debe de nuevo salir huyendo de la dictadura, esta vez la de Videla. Pasará un tiempo en España escribiendo Memoria del fuego (1984) para regresar después a Uruguay. Su libro Las venas abiertas de América Latina fue censurado por las dictaduras de Uruguay, Argentina y Chile. Su género literario combina periodismo, ensayo, historia... pero con una mirada diferente que cautiva.
Y esta mirada diferente me ha abierto los ojos sobre personajes y hechos que interpretaba de una manera sin tener en cuenta otros lados de la realidad, que no siempre es tan sencilla.
Por ejemplo, este fragmento titulado "El filósofo de la libertad":
"Han pasado los siglos y sigue creciendo la influencia del filósofo inglés John Locke en el pensamiento universal.
No es para menos. Gracias a Locke, sabemos que Dios otorgó el mundo a sus legítimos propietarios, los hombres industriosos y racionales, y fue Locke quien dio fundamento filosófico a la libertad humana en todas sus variantes: la libertad de empresa, la libertad de comercio, la libertad de competencia, la libertad de contratación.
Y la libertad de inversión. Mientras escribía su "Ensayo sobre el entendimiento humano", el filósofo contribuyó al entendimiento humano invirtiendo sus ahorros en la compra de un paquete de acciones de la Royal Africa Company.
Esta empresa, que pertenecía a la corona británica y a los hombres industriosos y racionales, se ocupaba de atrapar esclavos en África para venderlos en América.
Según la Royal Africa Company, sus esfuerzos aseguraban un constante y suficiente suministro de negros a precios moderados."

No incluiré, por ser demasiado extenso, el pasaje titulado "Quiéreme mucho", dedicado a los amigos de Adolf Hitler (incluida la Iglesia Católica) que se enriquecieron haciendo suculentos contratos con la Alemania nazi. Hugo Boss vistió al ejército alemán. IBM diseñó un programa de clasificación de judíos. El Deutsche Bank financió la construcción de Auschwitz. IGFarben (luego Bayer) usaba como conejillos de Indias a los prisioneros de los campos, además de como mano de obra. También trabajaban como "esclavos" para Krupp, Thyssen, Siemens, Varta, Bosch, Daimler Benz, Volkswagen y BMW. Y para acabar, los reyes del negocio sucio: los bancos suizos compraron a Hitler el oro de las víctimas judías: alhajas y dientes.
En fin, algunos de estos datos ya los sabía, pero no es nada que nos sorprenda ya con la que está cayendo... ¿verdad?