jueves, 16 de febrero de 2012

Festín de cuervos, de George R.R. Martin

Festín de cuervos (2005) es la cuarta entrega de la saga Canción de hielo y fuego, la novela río fantástico-medieval que Martin está construyendo desde hace años. La quinta entrega está todavía en inglés (A Dance with Dragons -2011), aunque dentro de poco podremos ya disfrutarla en castellano con el título de Danza de dragones. Será una narración simultánea a lo que se cuenta aquí.
Para quien hubiera llegado a Tormenta de espadas, la tercera entrega, e imagino que disfrutando como nunca de un magnífico relato fundamentado en personajes sólidamente construidos, estaría ansioso por comenzar la cuarta novela y saber qué le pasa a esos personajes que hemos elegido como nuestros preferidos: Tyrion Lannister, Daenerys Targaryen o Jon Nieve, por citar a algunos. Pues deberán esperar a la quinta entrega, pues Martin ha decidido, y no caprichosamente, pues todo tiene su sentido, "aparcar" a algunos de los personajes centrales de las anteriores entregas, y centrar su atención en aquellos que también forman parte del juego de tronos que se dirime en los reinos de Poniente, mostrándonos qué pasa en Dorne, las islas del Hierro o en Braavos, al otro lado del mar Angosto. De esta manera sabremos cómo Euron Greyjoy se convertirá en el nuevo rey de las Islas del Hierro, para luego atacar con su flota los dominios de Altojardín; sabremos que Arianne Martell es una princesa retenida por su padre, el príncipe de Dorne, Doran Martell, quien tiene un plan más sutil para provocar la guerra contra la reina regente Cersei Lannister.
Pero los personajes principales de esta entrega no pueden ser considerados precisamente secundarios de esta magnífica saga: Brienne, Sansa-Alayne, Samwell, Jaime, Arya. 
Brienne, la Doncella de Tarth, tiene el encargo de Jaime de buscar a Sansa, y su viaje acabará con una sorpresa mayúscula (es una pena no poder contar detalles importantes de la novela pero uno tiene que disfrutar los momentos estelares sin que se los chafen), y no sé, me gustaría decir que Brienne es un personaje especial, una mujer que quiere ser respetada como caballero y que tiene un alto sentido del honor, tiene mucho que protagonizar todavía (espero, porque con Martin nunca se sabe). Sansa, convertida en Alayne, la hija de Petir Baelish, Meñique, está escondida en el Nido de Águilas, transformándose en otra persona, madurando también, y asumiendo que los caballeros galantes que salvan princesas y se casan con ellas son para las canciones de los bardos; también su futuro es muy interesante. En cuanto a Samwell, ha recibido el encargo de Jon Nieve de convertirse en un maestre, y por tanto viaja a Antigua con Elí y su hijo, además del maestre Aemon; por el camino, en Braavos, tendrá un breve encuentro con Arya, a la que no conoce, transformada ahora en una vendedora de pescado además de novicia del Templo del Dios de múltiples Rostros. Arya siempre alejándose de su Invernalia y conociendo el mundo.
Mientras, en Desembarco del Rey, Cersei Lannister ejerce de reina regente ante la minoría de edad de su hijo Tommen, y trata de minimizar la influencia que su nuera, Margaery Tyrell, tiene sobre su hijo. De cómo su plan se irá al traste y se complicará la vida, literalmente, poco puedo decir, pero va a necesitar la ayuda, supongo que eso es lo que ocurrirá, de su hermano y antiguo amante Jaime. Es Jaime, podríamos decir, el personaje más interesante de esta entrega, si teníamos una imagen odiosa de él, Martin, como ya hiciera con Tyrion, se va a encargar de "humanizarlo", hasta que entendamos muchas de las cosas que pasan por su cabeza, el estigma de ser el "Matarreyes", sus sentimientos encontrados con Cersei. Además, se nota que es un Lannister, su inteligencia política le lleva a resolver el problema del asedio de Aguasdulces y a poner un poco de orden en Harrenhal. Mientras hace todo eso, se entrena todas las noches para tener habilidad con la espada con su mano izquierda, una vez que quedó manco de la derecha. Ya no es ese Jaime que conocimos al principio, es un personaje que ha madurado. Y eso es mérito de Martin, conseguir que aquellos personajes que "odiamos" pasen a provocarnos confusión porque queremos clasificar a los personajes en "buenos" y "malos", pero esa confusión al final se convierte en respeto y admiración.
Y Daenerys Targaryen no aparece, pero todos hablan de la inminente llegada de la señora de los dragones... Ya queda menos.